La próstata se ubica en el centro de la pelvis, debajo de la vejiga y su función principal es elaborar líquido para el semen. El cáncer de próstata ocupa el segundo lugar en mortalidad por cáncer en el hombre, aumentando el riesgo de padecer cáncer de próstata con la edad.

Si bien hay varios tipos de tumores de próstata, el adenocarcinoma es ampliamente el más frecuente y remeda la estructura de la glándula normal, variando desde un tejido tumoral bien diferenciado a lo más indiferenciado, siendo la agresividad creciente.

Este tipo de tumor asocia la elevación de un marcador en sangre, el antígeno prostático específico (PSA), aunque éste marcador también puede estar elevado en algunas patologías inflamatoria y benigna.Otros tipos de tumores de próstata pueden no expresarse por aumento de PSA y presentarse a edades más tempranas que el adenocarcinoma.

Estos tumores hormonodependientes son estimulados y favorecidos por  el aumento de andrógenos, lo cual tiene connotaciones para el tratamiento, dado que uno de ellos consiste en disminuir ésta influencia hormonal, ya sea bloqueando los receptores a nivel periféricos o  disminuyendo la estimulación desde sistemas centrales sobre el testículo fundamentalmente con el objetivo de disminuir los andrógenos.

El tacto rectal y la determinación del PSA son buenas herramientas diagnósticas aplicado a un paciente en particular a partir de los 50 años promedio, no estando claro todavía el impacto en la sobrevida de estos procedimientos, aunque si pueden mejorar la calidad de vida mejorando las oportunidades de tratamiento.

Algunos síntomas importantes son la dificultad para orinar, dolor al iniciar o terminar la emisión de orina, dolor en la eyaculación entre otros. Cualquier síntoma referido al aparato urinario bajo debe ser considerado importante y justifica la consulta a su médico de cabecera y al urólogo.